Una mezcla callejera de Pit Bull llamada Lindsy fue recogida por agentes de control de animales en mayo de 2016 mientras deambulaba por las calles de Nueva York. Semanas más tarde, los dueños originales de Lindy llamaron al Babylon Animal Shelter en Nueva York donde la habían dejado y dijeron que iban a recoger a la perra porque había desaparecido. A día de hoy, más de dos años después, los dueños Nunca vino a recoger a Lindsy al refugio. Lindsy tiene ahora 8 años y los perros de su edad despiertan menos interés por parte de las personas que buscan adoptar una mascota del refugio. “Es desgarrador ver a estos perros sentarse, esperar y envejecer con nosotros. No es justo y no es su culpa que estén aquí. Ella [Lindsy] es una niña maravillosa y feliz y no hay ninguna razón por la que haya esperado tanto”, dijo a The Dodo Lyndsey Grosjean, voluntaria del Babylon Animal Shelter. Según Grosjean, Lindsy es una niña feliz, dulce y relajada. perro al que le encanta caminar y jugar. Le encanta estar rodeada de gente y, a pesar de que los refugios no son ideales para que los perros permanezcan durante años, Lindsy se mantiene feliz y optimista. Kristin Siarkowicz, oficial de control de animales en Babylon Animal Shelter, describió a Lindsy como un perro con gran personalidad. y agregó que “Lindsy nunca tiene días malos. Ella siempre está moviendo la cola y lista para llamar la atención”. Todo lo que Lindsy necesita y merece es la oportunidad de tener un hogar permanente con una familia que la ame.
Lindsy, de 8 años, una mezcla de Pit Bull, se aloja en el refugio de animales Babylon en Nueva York desde hace más de dos años.
Estaba deambulando por las calles cuando los agentes la recogieron en mayo de 2016. Sus dueños llamaron al refugio afirmando que Lindsy era suya, sin embargo, nadie vino a recogerla.
A pesar de ser lindos y dulces, Lindsy y otros perros de su edad reciben menos atención por parte de quienes buscan un perro para adoptar en el refugio.
Los voluntarios del refugio describen a Lindsy como una perra con una gran personalidad. Ella es dulce, amable, le encanta estar rodeada de gente y le encanta jugar.
Incluso si el refugio no es un lugar donde un perro debería quedarse por mucho tiempo, Lindsy sigue feliz y llena de vida. Parece que nunca tiene malos días.
Los voluntarios tienen la esperanza de que Lindsy finalmente encuentre una familia y un hogar para siempre.