En el silencio del vuelo, el bebé duerme profundamente en una hermosa cuna. La suave luz de la luna se filtra a través de la ventana, bañando el rostro del bebé con una belleza serena y etérea. Una suave sonrisa adorna sus labios, como si soñaran con cosas maravillosas en una cuna mágica.
El mundo que visita el bebé está repleto de magia. Hay mariposas con pelucas vibrantes, flores que se enredan y conejos blancos juguetones. El bebé salta y corretea por el prado de flores, eligiendo las más bonitas para hacer una hermosa guirnalda. Juegan con las mariposas y revolotean por el jardín con ellas.
De repente , el bebé se encuentra en un bosque misterioso. Allí hay árboles altos y hermosos, pájaros que cantan alegremente y el sonido de un arroyo murmurante. El bebé sigue la corriente del arroyo y llega a un lago de agua cristalina. En el fondo del lago, ven un palacio magnífico. Curioso, el bebé nada hacia el lago y entra al palacio.
El palacio es el hogar de una hermosa hada. La hada da la bienvenida al bebé con una sonrisa radiante. La hada lleva al bebé a recorrer el palacio y le cuenta los mejores cuentos de hadas. El bebé queda cautivado por las historias y se queda dormido en los pequeños brazos de la hada.
A la mañana siguiente, el bebé se despierta en su cuna, recuerda el sueño que lo atormentó y quiere volver a visitar a Woderlad una vez más. Con la firme convicción de que Woderlad siempre estará listo para abrazarlo.