Los trabajadores descubrieron de repente que los bloques estaban atascados, los trabajadores llegaron de inmediato como un “tesoro invaluable”
Este afortunado descubrimiento ha servido para completar el cuadro de la historia antigua de Lima.
El Daily Mail informó que recientemente, mientras construía un gasoducto en un sitio de construcción en la ciudad de Chilca, 60 kilómetros al sur de la capital peruana, Lima, un grupo de empleados de Calidda Gas Company excavaron abruptamente en un bloque de tierra que parece ser muy extraño y espeluznante.
Cuando llegaron los expertos, quedaron atónitos y confirmaron que se trataba de un antiguo mausoleo que contenía ocho conjuntos de restos. En el interior había esqueletos tanto de adultos como de juveniles. Están envueltos en una tela tejida con corteza de árbol y contienen utensilios, alimentos e instrumentos musicales.
Según la arqueóloga Cecilia Camargo, el descubrimiento involuntario de Calidda Company es sumamente valioso y proporciona una gran cantidad de información sobre la ciudad precolombina de Chilca.
Se determinó a través de la investigación que la tumba antigua contenía los restos de personas que vivieron alrededor del año 1220 dC, durante el advenimiento del Imperio Inca, hace más de 800 años. Similares a los “tesoros históricos subterráneos extremadamente preciosos” son estos santuarios antiguos.
Se sabe que Calidda Gas Company (Colombia) descubrió 300 sitios arqueológicos, muchos de los cuales datan de hace miles de años, durante su construcción de 16 años de conductos de gas natural en Lima. Tienen miles de años y su excavación costó más de dos millones de dólares. El arqueólogo Alexis Solis dijo una vez: “Lima es verdaderamente la capital cultural del mundo”.
Lima, ubicada en un valle donde nacen tres ríos de los Andes, fue la “morada” de numerosas civilizaciones humanas antes del advenimiento de los españoles a principios del siglo XVI. Los arqueólogos afirman que numerosos restos arqueológicos aún se encuentran esparcidos por el subsuelo de la ciudad. En una entrevista reciente, el arqueólogo Solís afirmó: “En Lima, el presente y el antiguo están a solo unos centímetros de distancia”.