Los antiguos molinos de viento de eje vertical de Nashtifan, Irán, son una maravilla de la ingeniería y un testimonio del ingenio humano.
Crédito de la imagen: HadidehghanpourUbicada en la provincia nororiental de Khorasan Razavi, la ciudad de Nashtifan es uno de los lugares más ventosos de Irán, donde la velocidad del viento suele alcanzar los 120 km/h (75 mph). Alrededor de 30 molinos de viento, también conocidos como “atrapadores de viento”, se construyeron aquí hace un milenio para aprovechar esta poderosa energía eólica y moler granos en harina para pan.
En las afueras del sur de la ciudad, cuyo nombre se deriva de las palabras que se traducen como “picadura de tormenta”, hay un enorme muro de tierra que se eleva a una altura de 65 pies (20 metros), que brinda protección a los residentes contra el fuertes ráfagas de viento. Este imponente muro alberga los antiguos molinos de viento, la mayoría de los cuales están en funcionamiento y han estado en uso desde la antigua era persa.
Crédito de la imagen: Mohammad Hossein TaghiEl diseño de los molinos de viento, que es el primer arreglo documentado conocido de este tipo, es único porque presenta un rotor de eje vertical que está conectado directamente a la piedra de moler. Esto contrasta con los molinos de viento de eje horizontal más comunes que se encuentran en Europa y otras partes del mundo.
El diseño de eje vertical tiene varias ventajas sobre el diseño de eje horizontal, incluida su capacidad para operar con vientos fuertes. Sin embargo, un inconveniente de la configuración es que, debido a su rotación horizontal, solo un lado de las palas eólicas puede capturar la energía eólica, mientras que el otro lado debe trabajar en contra de la dirección del viento, lo que provoca una pérdida de energía. Esta limitación significa que las aspas no pueden moverse más rápido, o incluso a la misma velocidad, que el viento. Sin embargo, la gran cantidad de energía eólica disponible en la región compensa esta desventaja.
Crédito de la imagen: Mohammad Hossein TaghiLos molinos de viento de Nashtifan están hechos completamente de arcilla, paja y madera. El rotor de cada molino de viento se compone de seis aspas de madera de unos 5 metros (16 pies) de alto y 50 centímetros (20 pulgadas) de ancho. Las cuchillas están conectadas a un eje vertical que desciende hasta una habitación hecha de arcilla donde se encuentran las piedras de moler.
A medida que los rotores giran, crean vibraciones que hacen que los granos se desplacen de su contenedor a los molinillos, lo que da como resultado la producción de harina.
Crédito de la imagen: Mohammad Hossein TaghiCuando sopla el viento, este sistema básico pero efectivo es capaz de producir sacos de harina que pesan hasta aproximadamente 330 libras (150 kilogramos). Hay un tanque colocado encima de las piedras de moler donde se colocan los granos. La cantidad de trigo que fluye desde el tanque hasta el orificio de la piedra está controlada por la presión y la velocidad del viento, por lo que no es necesario que un operador supervise todo el proceso de molienda.
Comprensiblemente, los molinos de viento de Nashtifan fueron una parte importante de la economía local durante siglos. Además de moler trigo, daban empleo a los artesanos y molineros locales.
Crédito de la imagen: Mohammad Hossein TaghiHoy en día, los molinos de viento continúan siendo utilizados por la comunidad local, aunque en gran parte han sido reemplazados por modernos molinos que funcionan con electricidad. Sin embargo, siguen siendo una parte importante del patrimonio cultural de la región y son una atracción turística popular.
En 2002, los molinos de viento de Nashtifan fueron registrados como patrimonio nacional por la Organización del Patrimonio Cultural de Irán. A pesar de este reconocimiento, los molinos de viento enfrentan una serie de desafíos, incluidos los efectos del cambio climático, que ha provocado una disminución de la velocidad del viento en la región. Además, los molinos de viento necesitan trabajos de conservación y restauración para garantizar que continúen funcionando para las generaciones venideras.
Crédito de la imagen: HadidehghanpourPor ahora, los antiguos molinos están a cargo de Ali Muhammed Etebari, un afable custodio que no recibe ningún pago por su trabajo no oficial en la aldea. “Si no los cuido, los jóvenes vendrán y estropearán y romperán todo”, le dijo a un equipo de filmación de la Sociedad Internacional de Cultura de la Madera con una risa ronca y un dedo.
Fuentes: Earthlymission.com